Friday, May 08, 2009

Megademia


Ana Comnena, Pizzicato Five, Michel Foucault, Peirce, comer, existir, los signos...

Así iba todo.

Y de repente: llegó la Megademia (2009) a la ciudad de México: virus A/H1N1. Y todo lo "alevantó".

Todo se conmovió. Riesgo de muerte, al principio. Eso fue lo que se sintió. Más si se entendía algo de virus acelerados y ciudades sucias con alto indice de esmog en el aire.

Cuarentena relativa. Observación general. Encierro casero. Muchas dudas, mucha ignorancia. Más miedo.

Poco a poco se supo de la novedad de este virus. También que no era tan mortal como parecía. Más todo lo demás que se ha venido sabiendo o reconociendo. Un cambio sociocultural. El miedo a la pandemia.

Cosas que obligan a revisar de otra forma la semiótica. Un saber que se relaciona de modo directo con el diagnóstico de las enfermedades mediante la observación de sus síntomas.

El síntoma general de la ciudad fue la locura, la Megamedia produjo todas las figuras del delirio colectivo que se pueda imaginar dentro del orden de la catástrofe tranquila. Delirio por encierro. Medio mundo lo padeció de forma galopante en la ciudad. Un enredo de signos. Que, sin embargo, funcionó bien, detuvo la Megademia de influenza por virus A/H1N1. Y poco a poco los delirios se diluyen frente al principio de la realidad.

Sí, ¡qué raro signo es la enfermedad! ¡El miedo a la enfermedad mortal! Nos distrajo de todo, al hacer que nos concentráramos en todo, de otra manera. Una conmoción.

De signos.

Que obliga a repensar todo, otra vez. Porque de verdad cuesta trabajo entender el mundo que se nombra, lo mismo que tratar de nombrar la realidad. Todo se aleja, todo se hace, por un instante, y se dehace de inmediato. Con miedo, con angustia, toda certeza se disuelve en el aire. Pero no queda nada, algo queda, algo se fija, permanece, tal como explica José Lezama Lima. Se da La Fijeza en el centro de la nada, que en realidad es el centro de nada, el centro de donde fluye la huella de los signos, la huella, sólo la huella... el pie que la pisa y deja marcada ya va más allá.

Nos hace pensar. Para asi tratar de ver el pensar y repensarlo, con la conciencia. De los signos.

Hasta dar el salto a twitter y ya casi no regresar a las blogs. No como antes. Pero sin negar que todo esto ya es saber acumulado, noosfera.

Y en ello estamos.