Wednesday, April 15, 2009

La Alejiada


De Ana Comnena, la persona de carne y hueso que existió en el siglo XI de nuestra era, nada más se cuenta con este escrito. Como ya dijimos, no tenemos noticia de que exista un manuscrito auténtico de su autoría. Todo lo que aquí tenemos es lo que aporta la red. Una imagen virtual. Puros símbolos, ya que no hay ni una sola imagen icónica de ella. Todo es especulación. Sólo nos queda el documento de La Alejiada, en este caso: una cosa bien virtual.

Quizá el escrito sea una falsificación. Desde donde estamos, no es posible decidir. Se sabe que los bizantinos tenían un gusto desmedido por la imitación y la invención de imitaciones.

La tradición lo caracteriza como un documento histórico; pero no ha faltado quien diga que es un poema en prosa, una bella elegía por el padre muerto y el tiempo que no volverá. Y lo más sensato hoy día es calificar su argumento como una hagiografía, una vida de hombre santo inventada de acuerdo a las necesidades teológico-políticas de la época. Porque resulta muy difícil tratar de establecer el motivo de tal producción. Hay muchas posibles; pero todas dependen de la especulación.

Cuesta trabajo imaginar siquiera los modelos de intercomunicación efectivamente bizantinos. Casi todo hay que reconstruirlo sobre nada.

No sin cierta coqueta ingenuidad, se ha dicho que La Alejiada es producto del amor de una hija por su padre. Suena bonito, pero...

También se dice que es un modo de recordar al último emperador digno de Bizancio, lo mismo que un alegato velado contra el hermano, Juan I Comnena, al que no se deja de calificar como "estúpido". Una elaboración con estructura de historia para demostrar con la memoria y los hechos que quien escribe, Ana, es la legítima heredera del espíritu, el reino y la soberanía del emperador Alejo. Y así ha venido ha ser de alguna manera; pues ahora Ana es la emperatriz real de la memoria textual de Bizancio en los siglos X y XI.

Pero también puede ser que La Alejiada sea realmente un escrito en contra de los cruzados de Occidente y su invasión bárbara y vulgar, enmascarada de liberación de Jerusalén; pero en realidad convertida en saqueo despiadado de Bizancio y Constantinopla.

Más la idea de que realmente sea una novela escrita tiempo después de muerta Ana Comnena, por alguna monja o monje con mucha erudición y voluntad oratoria. Una novela de las de esa época de antes de Julia Kristeva, claro, hecha para justificar algo de la ley de la herencia y la propiedad privada de ella. Pues entonces no había libros, ni mucho menos novelas y novelitas para la gente que no tiene mejor cosa con que quedarse dormida por la noche o en el trabajo...

Quien conoce al lector... Mi hermano, mi prójimo...

Y así podrìamos seguir un rato.

Porque lo mejor es dudar, no dejar de dudar. Dudar y dudar de todo, aunque la escritura aparente que no se duda de lo que ya está escrito.

Entonces, no nos llega ningún índice real de que ella, Ana Comnena, haya existido, únicamente tenemos el documento de La Alejiada. Un texto publicado en Occidente, según entendemos, hasta el siglo XVII.

Pero nada hace posible decir que ella sólo fue un ente de ficción. Realmente nació y murió una mujer llamada Ana Comnena, primogénita del emperador Alejo. Lo demás ya es más discutible.

Por tanto, La Alejiada es un conjunto de legisignos calificados así por el canon de Occidente sobre Ana, aunque la diégesis del texto no la incluya más que de modo indirecto como narradora o historiadora de la vida y los tiempos de su padre. Únicamente un
rhema simbólico de existencia, dicente del ser de su familia y condición social y argumento sobre su trabajo de escritora.

Casi nada, con todo lo que se ha escrito sobre todo ello.

Sobre todo cuando las preguntas son: ¿De verdad La Alejiada es un escrito de Ana Comnena? ¿Para qué lo escribió ella? ¿Cómo lo hizo? ¿Es verdad todo lo que dice? ¿Se puede saber que sí es mentira?

Pero seguimos interpretándola.

Con más preguntas: ¿Tendrá sentido pensar en ella desde México y el siglo XXI? ¿No será mejor hablar de que se nos acaba el petróleo y no se nos hizo que todo mundo tuviera su bochito estacionado en el garage de su condominio en Utopía? ¿Las mentes "jodidas" más por la SEP que por Televisa, podrán entender hoy día lo que podría constituir la interpretación historiogràfica crítica del pasado, o sea, la interpretación con perspectiva subalterna? Que, en nuestro caso, no puede ser orientalista ni anti-orientalista, sino, ya en tal caso, bizantina y barroca, como con la lectura de todo esto se puede comprender.

Sin embargo, para seguir pensando en la lectura de La Alejiada como interpretación de la mentalidad de Ana Comnena, al inglés con que ya trabajamos su lectura, nosotras podemos aportar la traducción del griego y el latín clásicos, más la voluntad firme de ejercer sin titubeo la lectura filológica, que rumia los documentos como el pasto del Ganges las vacas de la India, que ni se espantan las moscas con la cola porque tienen un chingo de parias para ello. Y creemos que lo hacemos con menos inocencia historiográfica que el especialista que mentamos en la entrada de blog de aquí abajo. Por eso también ya vamos a lo que viene aquí arriba.


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